A partir de octubre de 2024, el control sobre las transferencias bancarias en Argentina se ha intensificado, con nuevas regulaciones implementadas por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). Estas medidas se enfocan en las transacciones superiores a $400.000 y están diseñadas para combatir la evasión fiscal y el lavado de dinero. La AFIP tiene la facultad de monitorear con mayor rigor este tipo de operaciones y exigir a las personas y empresas justificativos que respalden el origen de los fondos.
Impacto en las Transferencias y Obligaciones
El nuevo umbral de $400.000 se aplica tanto a transferencias entrantes como salientes en cuentas bancarias. La medida afecta principalmente a personas físicas sin ingresos formales, como aquellas que no están registradas como monotributistas, responsables inscriptos o empleados en relación de dependencia. Sin embargo, las personas y empresas que tengan ingresos declarados y estén al día con sus obligaciones fiscales no deberían tener mayores inconvenientes. En esos casos, la AFIP puede solicitar documentación adicional solo si detecta irregularidades.
El principal objetivo de esta regulación es que los fondos involucrados en transferencias de alto valor estén debidamente respaldados. Según la normativa vigente, quienes realicen movimientos superiores al monto establecido deberán justificar el origen de los fondos, presentando documentos como facturas, recibos, contratos, y declaraciones juradas de ingresos.
Justificación de Fondos: Documentos Requeridos
Cuando la AFIP detecta una transferencia que supera el límite de $400.000, puede solicitar al titular de la cuenta que demuestre de dónde provienen los fondos. Los documentos más comunes que se deben presentar incluyen:
- Facturas y recibos que respalden los pagos realizados.
- Contratos que expliquen la naturaleza de la transacción, especialmente en casos de compra-venta o prestación de servicios.
- Declaraciones juradas de ingresos, en las que se detallen las fuentes de financiamiento.
- Registros contables de las empresas que realicen transferencias importantes de capital.
Si el contribuyente no puede presentar los justificativos solicitados, las consecuencias pueden variar desde multas hasta la apertura de una investigación fiscal. Las sanciones también pueden aplicarse si la AFIP sospecha de actividades relacionadas con el lavado de dinero, un problema que ha ganado atención debido al aumento del uso de criptomonedas y otras tecnologías financieras.
Cómo Prepararse para las Nuevas Regulaciones
Para evitar sanciones y complicaciones, las personas y empresas que realicen transferencias de alto monto deben asegurarse de que sus registros fiscales estén actualizados y que las operaciones se realicen desde cuentas bancarias propias. Entre las recomendaciones más destacadas se incluyen:
- Mantener facturas y recibos al día: cualquier transacción debe estar respaldada por documentación válida.
- Actualizar las declaraciones fiscales: tanto personas físicas como jurídicas deben asegurarse de que sus impuestos estén correctamente declarados, incluyendo las ganancias y los bienes personales.
- Realizar transferencias desde cuentas personales o corporativas: utilizar cuentas de terceros puede generar sospechas y complicar la justificación del origen de los fondos.
Además, es aconsejable estar familiarizado con los procedimientos internos de los bancos, ya que algunos pueden requerir autorizaciones adicionales para transferencias que superen ciertos montos, lo que podría causar retrasos en las operaciones financieras.
Consecuencias de No Cumplir
No cumplir con las nuevas regulaciones de la AFIP puede acarrear importantes consecuencias. La falta de justificación de una transferencia puede generar multas, la suspensión de cuentas, o incluso acciones legales. Las sanciones varían dependiendo de la gravedad de la infracción, pero la evasión fiscal y el lavado de dinero son delitos que la AFIP toma muy en serio.
Esta normativa refuerza el compromiso del gobierno argentino de garantizar que los flujos de dinero sean transparentes y trazables, alineándose con los estándares internacionales de control financiero.